jueves, 18 de abril de 2013

Jánovas o el pueblo fantasma.

Esta entrada está dedicada a Sonia, que tan bien nos supo guiar desde la lejanía.

Esta Semana Santa hemos conocido el Sobrarbe. Hemos hecho excursiones por el parque nacional de Ordesa y Monte Perdido, a las que dedicaremos entradas. Y hemos visitado l'Ainsa (ya sabéis que nos chifla y pierde el patués), de la que también hablaremos.

Pero hoy hemos decidido hablar de un pueblo que debió de ser muy bello y que es sinónimo de injusticia y abuso. Hoy vamos a hablar de Jánovas.

Jánovas desde la carretera principal.

A Jánovas se puede acceder por dos vías. Desde la carretera principal que va desde l'Ainsa a Fiscal o desde una pista desde Felices (este sólo accesible si lleváis un 4x4, no os atreváis a ir con un turismo).

Si vais por la carretera principal, os encontraréis con una explanada donde dejar el coche y tendréis que cruzar un bonito puente colgante que no está en muy buen estado (no se os ocurra cruzar con el coche por él).

El puente sobre el río Ara.

Como podéis ver, no está en muy buen estado, aunque es muy bonito y chulo.

Si tenéis un buen todoterreno y decidís ir por Felices, podréis aparcar justo detrás de la iglesia del pueblo. Tenemos una foto muy chula de la entrada, pero como sale Sobrino Mayor no la vamos a poner.

Las pinturas del ábside son preciosas.

Una ventana por la que entraba un rayo... ¿quizás de esperanza?

A Jánovas fuimos dos veces. La primera cuando estaba anocheciendo y la segunda a media tarde... y no sé cual de las dos fue más sobrecogedora. ¿La primera porque las sombras la hacían más fantasmagórica o la segunda porque pudimos ver hasta donde puede llegar el abuso de poder?

Una calle anocheciendo. Tristeza y belleza enfrentadas.


El pueblo es realmente bonito. Da muchísima pena ver casas, que debieron ser magníficas, voladas por dinamita con árboles creciendo dentro. En muchas casas se puede ver aún el azulete de las ventanas y puertas.

El árbol no está entre dos casas... está dentro de una casa.

En fin, es un sitio muy bonito y muy triste. Si vais, respetadlo, respetadlo muchísimo, ya que sus antiguos habitantes están intentando recuperarlo. Vale la pena ir, aunque sólo sea para recordar que existen las injusticias y que hay que luchar para que estas cosas no pasen.

Una gran casa hecha añicos por capricho de cuatro.

Y ahora, como homenaje a estas gentes y este precioso pueblo, os contamos su historia.

En 1950 se decidió hacer una gran presa en el Ara. Como algunos pueblos quedarían inundados se decidió expropiarlos.

Nada, nada... cuatro duros y seguro que se quedan contentos....

Como había gente que decidió quedarse la compañia encargada de hacer la presa comenzó a dinamitar las casas que iban quedando vacias, sin importarles la seguridad ni el bienestar de quienes continuaban viviendo allí.

En algunas, se emplearon a fondo, sí.

La inspección provincial de Huesca prohibió la clausura de la escuela, puesto que seguía viviendo gente y había niños que continuaban asistiendo a ella. El "problema" se solucionó enviando a un tipo de la compañía que derribó la puerta de la escuela de una patada, estando a punto de cargarse a un crío y sacando a la maestra de los pelos (literal).

La pizarra aún aguanta... y están rehabilitando la escuela, aunque parecía que estuviera todo parado...

Todos los habitantes tuvieron que marcharse, aunque Emilio Garcés y Francisca Castillo decidieron quedarse y resistir en los años siguientes el duro acoso al que fueron sometidos.

Otra casa. Tuvo que tener una terraza preciosa de la que sólo queda la arcada.

Finalmente los desahuciaron en 1984.

Pero... ¡Oh! Sorpresa, sorpresa... no hay ninguna presa construida... ¿entonces?

Dinamitadas para nada.

Bueno, finalmente se decidió que el proyecto no era rentable económicamente y se decidió no construir la dichosa presa. En 2001, despues de demandas, juicios y acciones sociales se elaboró un informe del impacto medioambiental conforme a la legislación europea. Aún así, el proyecto no se desestimo hasta 2005.

Otra preciosa calle.

Finalmente, en Junio de 2008, se hizo pública la extinción de las concesiones de los saltos hidroeléctricos de Fiscal y Jánovas en el río Ara, y de Boltaña y Escalona en el Cinca, "motivada por la imposibilidad de proceder a la ejecución de la presa de Jánovas”.

Otra calle que debió ser preciosa.

Se pidió una reversión justa... y lo que hasta ahora ofrecen es devolver el precio pagado actualizado con el IPC... pero ¿como? Estas gentes dejaron (o les echaron) de casas en perfecto estado, campos que producían y un pueblo con servicios... y les pretenden devolver, a precio de oro, un pueblo reventado que se cae...

Un balcon con su tendedero, estabán aún los alambres.

La compañía arrasó con todo: dinamitó casas, arrancó olivos, arrasó campos, cortó el agua y la luz a los vecinos, para asegurarse de que se iban. Y les pagó cuatro duros... y ahora pretenden que los vecinos devuelvan un dineral por unas ruinas que apenas aguantan de pie y unos campos que sólo crían malas hierbas.

El tendedero nos llegó al alma... había vida... había familias... ¡existían hogares donde se vivía!

Como podéis leer, es una historia de abuso e injusticia brutal. Además, toda la zona se vio afectada, ya que muchos pueblos se iban a quedar aislados y durante más de sesenta años nadie a querido invertir en ellos, con el consecuente perjuicio que ha conllevado a las gentes que siguen viviendo allí.

Nos impresionó el tendedero, resistiendo como las gentes que vivían allí.

Poco podemos hacer, excepto dar difusión a su historia.

Desde aquí, todo nuestro apoyo y cariño a las gentes de Jánovas. Ojalá se haga justicia y podáis recuperar vuestro precioso pueblo.

Saludos excursionistas.

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